FRAGMENTO DE LUX AETERNA (Juan Menéndez Pidal, 1889)
...En los robles oscuros
solloza el viento;
se apagan las estrellas
del firmamento;
el río entre los álamos
reluce y pasa;
ni crujir una viga
se oye en la casa;
la candileja
que ardió toda la noche
de lucir deja.
Se oyen dulces tonadas,
risas y bulla...
La niña da un suspiro,
y el perro aúlla.
Al volver de la ronda
los rondadores,
murió la pobre niña
soñando amores.
Cuando moría,
en las cumbres lejanas
amanecía.
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